Acciones: A pesar de que el desempeño en el pasado no garantiza los resultados futuros, históricamente las acciones han brindado la tasa de rentabilidad anual promedio más elevada entre otras inversiones, incluyendo los bonos y los equivalentes en efectivo. Sin embargo, las acciones, por lo general, son más volátiles que los bonos o los equivalentes en efectivo. Si sus objetivos de inversión son a largo plazo, la inversión en acciones puede ser la adecuada.
Bonos: Históricamente menos volátiles que las acciones, los bonos no brindan tanta oportunidad de crecimiento como las acciones. Son susceptibles a cambios de tasas de interés; cuando las tasas de interés aumentan, los valores de los bonos tienden a bajar, y cuando las tasas de interés disminuyen, los valores de los bonos tienden a aumentar. Debido a que los bonos ofrecen pagos de intereses fijos en intervalos regulares, pueden ser apropiados si desea un ingreso regular a partir de sus inversiones.
Equivalentes en efectivo: Los equivalentes en efectivo (o instrumentos de corto plazo) como los fondos Money Market ofrecen un potencial de crecimiento menor que otros tipos de activos pero son los menos volátiles. Están sujetos al riesgo de inflación, la posibilidad de que la rentabilidad no supere a los precios en aumento. Brindan un acceso más fácil a los fondos que las inversiones a largo plazo y pueden ser adecuados si sus objetivos de inversión son a corto plazo.
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